A los 19 años, Míriam Oró vivía una vida normal enfocada en sus estudios, su trabajo ocasional y su círculo de amigos. Sin embargo, en agosto de 2017, un cambio en su cuerpo despertó su preocupación: su abdomen comenzó a crecer de manera anormal, sin razón aparente. Alarmada, decidió acudir al médico temiendo que se tratara de un tipo de cáncer.
Lo que nunca imaginó fue que los exámenes médicos arrojarían un resultado completamente diferente: estaba embarazada de seis meses. La noticia la tomó por sorpresa, pues no había presentado síntomas, y su menstruación llegaba con regularidad.
Un embarazo silencioso
El caso de Míriam corresponde a lo que los especialistas denominan embarazo críptico o silencioso, una condición en la que la mujer no experimenta síntomas evidentes de gestación y continúa teniendo períodos menstruales, lo que dificulta su detección hasta etapas avanzadas o incluso hasta el parto.
Según el portal Reproducción Asistida ORG, las causas de este tipo de embarazos no están completamente definidas, pero podrían estar relacionadas con factores físicos y psicológicos que hacen que el cuerpo no muestre signos evidentes de gestación.
De la preocupación por el cáncer a la maternidad inesperada
Míriam recuerda que, en su familia, el cáncer era una enfermedad temida debido a experiencias previas. “Para mis padres fue un alivio porque al menos no era cáncer, no teníamos que luchar contra una enfermedad. En mi casa, las experiencias con este tipo de cáncer habían sido fulminantes”, relató en una entrevista con La Vanguardia.
A pesar del alivio por no enfrentar una enfermedad grave, la noticia del embarazo la tomó desprevenida. Inicialmente, consideró la posibilidad de abortar, pero tras una ecografía se confirmó que su embarazo estaba en una etapa avanzada. “En ese momento, la opción de abortar desaparece. La única opción viable era dar a luz porque ese niño podría nacer hoy mismo siendo prematuro”, explicó.
Los riesgos del embarazo críptico
Los especialistas advierten que los embarazos crípticos pueden representar riesgos tanto para la madre como para el bebé, ya que al no haber conciencia de la gestación, la mujer no recibe los cuidados prenatales necesarios. Esto puede derivar en problemas de salud para ambos, incluyendo partos prematuros o complicaciones médicas inesperadas.
Una nueva vida, un nuevo propósito
Actualmente, Míriam tiene 26 años y es madre de un niño de 7. A través de sus redes sociales, comparte su experiencia sobre cómo enfrentó la maternidad inesperada y los desafíos de criar a su hijo sin haberlo planeado. Además, ofrece consejos y reflexiones para otras mujeres que puedan encontrarse en situaciones similares.